martes, 1 de junio de 2010

Mi querida amiga




Tiene tanto de chiquitina como de alegre y amable, cada uno de sus rizos desempeñan una acción, una de esas acciones es reír, su sonrisa perfecta y radiante, su timbre que pone acento al entorno, un acento Colombiano
Ella es la chica que pone curvas a la noche de los sábados esa que fragmenta el suelo con sus tacones de aguja, bombardea las pistas de baile con sus bachatas y la que ocupa un lugar muy importante en mi pequeño corazón.
¿Porqué el destino es tan duro con las personas que uno más aprecia?, la que todos los días en tres años te ha sonreído y te a aconsejado en los mejores y peores momentos.
Tu mi querida Cenicienta, me concedes el último baile y te recojes a las 12, y marchas hacia la preciosa ciudad, a tu casita, y por la mañana te despertarás, te pondrás a barrer las lágrimas que se te cayeron de la ropa la pasada noche y que nosotros te dejamos. Tú tan sofisticada y perfecta como eres y perfeccionista, las recojerás cuidadosamente y de ellas harás una lámpara, una lámpara de preciosas lágrimas brillantes y relucientes, que cada vez que enciendas la escasa luz que dicha lámpara ilumina, por tus ojos se reflejarán nuestras caras, y olerás nuestros olores, oirás nuestras voces...sentirás el último abrazo.
Te escribo esto desde lo más profundo de mí, siento que dentro de poco voy a quedarme sin teclado de ordenado por que acabará mojándose.
Aquí dejas amigos, recuerdos que te han marcado un antes y un después, bailes...
Como dijo tú madre tú también formas parte de mi familia.
Me está resultando un poco duro escribir todo esto, por que tú y yo nunca hemos discutido y nunca nos hemos llevado mal, al contrario desde el primer momento compenetramos perfectamente.
Gracias por todo de verdad, no tengo más palabras para ti, pero se que te mereces mucho más de lo que he escrito y no solo eso.
Pero nos olvidamos de una cosa mi querida cenicienta, se te olvidó algo al salir de la fiesta y despedirte de este pueblecito,
¿Tú que opinas?
Aunque no se me olvide lo reluciente que ibas aquella noche yo sé que tengo la esperanza de volver a ver a esa princesa encantadora

Karen Vanessa Parra Motoa siempre en mi corazón



Fran Muñoz Sáez

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